Laura Esquivel como agua para el chocolate karla Ron Arevalo
January 10, 2021
por karla ron arevalo

Como agua para chocolate

Autora: Laura Esquivel,

Esta novela, narra la vida de Tita, una joven de buena familia que creció en el tiempo de la revolución mexicana, en un mundo donde la cotidianidad transcurre entre la realidad, la magia y las costumbres. Su vida trascurre en los fogones de la cocina familiar, por lo que estuvo entre los sabores y olores de las recetas más típicas de su época. 

La relación entre Mamá Elena, su madre y Tita, siempre fue tensa, pues la hija no entendía la injusticia, y la madre no aceptaba que otra gozara de la felicidad que ella no tuvo. Pues decidió que la tradición familiar continuara, al impedir que Tita se casara, pues por ser la menor, ella tenía la obligación de cuidar a su madre hasta su muerte. A raíz de lo cual Pedro, el enamorado de Tita, acepta la mano de la hermana mayor de esta, y es allí cuando comienza el calvario de estos dos amantes, que debieron compartir el techo mientras aplacaban sus ganas.

Lo más interesante de este libro es el cómo es contado, pues aunque el tiempo de la historia abarca muchos años, su lectura está divida en doce capítulos, representando cada una un mes del año, en donde se explica con detalle una receta, que a su vez forma parte de la historia. Es un libro sencillo de leer, con pasajes hermosos sobre el amor, reflexiones profundas sobre la decencia y la vida en general. Algunos hablan de las representaciones profundas de la obra, pero para mí fue encontrar a una mujer que se reveló ante los convencionalismos y las injusticias a las que fue sometida.

El estilo particular que utiliza la autora, me hizo la obra tan cercana, que la sentí como si fuera mi abuela la que me contara la historia, mientras me enseñaba a preparar algún plato en su cocina. Esta novela fresca y hermosa, fue incluida por el diario El Mundo, dentro de las 100 mejores novelas en español del siglo XX. 

¿Ya herviste el agua para que estuviera a punto para el chocolate?

Nos vemos entrelíneas…